Debemos cambiar nuestra manera de relacionarnos con la naturaleza, nuestra manera de pensar en ella, regresar a nuestras raíces y entender que el Ser Humano no es ajeno a ella, sino que somos parte del ecosistema que nos acoge.

Hoy, después de la plantada de ayer, desde la calma que da compartir el cuidado de lo querido, me he estado haciendo muchas preguntas y también he encontrado, si no respuestas, sí al menos, estas reflexiones:

Creo que todo tiene que cambiar, al menos nuestra manera de relacionarnos con la naturaleza, directa e indirectamente, hasta la forma de pensar en ella. Sé que para algunos puede sonar algo contundente, pero no veo otra manera para que los humanos podamos seguir habitando este hermoso planeta en el futuro próximo. Los que estamos cuidando la tierra desde hace muchos años necesitaríamos más complicidades, una sociedad que reconozca la Tierra como su casa y actúe en consecuencia. Y ahora, después de años de «abandono de la casa», le hacen falta muchos cuidados para ser ese lugar habitable y sano que nos permita a todos una vida más feliz.

Esta emergencia climática no es una broma, los que estamos cada día cerca de la tierra y sus ritmos lo sabemos.

Tal vez tendríamos que apasionarnos más por la vida, por toda la vida de todos los seres vivos con los que compartimos este maravilloso planeta, nuestra única casa, no lo olvidemos. Seamos inteligentes y permitamos que haya un futuro para todos.

Deberíamos hablar con más claridad y si para algunos son palabras duras o difíciles de asimilar, también la situación lo es. Esta es la realidad que ahora nos toca abordar y transformar entre todos. Cada uno de nosotros tenemos esa responsabilidad y en los pequeños actos cotidianos hay mucho poder de cambio. En cada una de nuestras decisiones estamos siendo cómplices del mundo que vamos a dejar a las generaciones futuras; con una simple compra podemos ser partícipes del cambio de paradigma que este mundo está pidiendo a gritos o, por el contrario, seguir la inercia de la comodidad y no mirar más allá. Elijamos la píldora correcta y afrontemos el reto de ver la realidad, por dura que sea, y actuemos con conciencia.

¡¡Feliz domingo!!

Miguel R.

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